miércoles, 12 de junio de 2013

Al calor del hogar...

 
Girando sobre compases de sobra conocidos, abarcando ilusiones  que ayer fueron mayores, anhelando quimeras de eternas juventudes, aspirando a una vida que refulge en verano. Si la primavera carga pilas, el verano nos eleva al cielo, en teoría, luego en la práctica más bien suele aplastarnos contra el suelo al golpear con sus celcius sobre nuestros espíritus soñadores y descubrir una vez más que la realidad supera la ficción y se caga en ella. Pero aún así, para los de alma sureña el calorcito se combate sin problemas si el agua del mar está a menos de 50 metros y el grifo de la cruzcampo hace gala de su punto glaciar con la escarcha sobre el metal... y es que aquí, en el sur, a pesar de los pesares, el pesimismo eternizado por razones objetivas; y también subjetivas, encuentra un recodo en el camino para desfallecer y que tras un breve luto de rayos de sol se olviden de él. ¿Quién quiere saber de las palabras de aquel presidente que tuvo bigote si el gazpacho puede entrar antes de la cerveza? ¿Quién quiere conocer las subidas y bajadas de sendas primas, riesgos, Ibex53 si el bronceado nos hace a todos más guapos? ¿y quién saber de los datos del paro si queda el mar para nadar? Sin embargo, no es lo mismo observar los toros desde la barrera que desde el pedestal, por tanto, no pretendieran estas palabras ser frívolas, cínicas o insolidarias, sino simplemente un nuevo aliento, un nuevo hálito, para que en estos tiempos de crisis no olvidemos que a pesar de todo hay unas cuantas cosas que no nos podrán quitar, que son gratis y que son las que valen de verdad...
Sin bajar la guardia de la lucha y el espíritu crítico, sin perder nuestra semblante de mosca cojonera y nuestro creciente perfeccionamiento en sentar bases para crecer desde cimientos sólidos cooperativos para que la lucha de clases esta vez, y bajo el velo de la red de redes, sea eficaz... Siendo como fuere, la lucha sigue y seguirá, pero lejos de echar tanta leña al fuego como los medios y el poder pretendieran, invito desde mi rincón, atemperado desde el último mes, a echar agua, agua de vida, de verano, playa, cerveza, amigos, mar, música, noche, risas y sonrisas...porque como ya he dicho y arriesgándome a ser redundante hay cosas en la vida que valen mucho más que todo cuanto nos puedan quitar.

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