lunes, 15 de septiembre de 2014

Vida Propia


Si hay que escribir, mejor, como casi siempre, si le damos al play y  mejor que mejor si hacemos que suene algo de jazz cincuentero, algún directo de Ellington no estaría mal para empezar.

Comienza el curso, uno más, y ya van siete. Sin embargo, a diferencia de años anteriores, dicho inicio de curso ha coincidido con el inicio de la gran Asamblea Ciudadana, Sí se Puede, mediante la cual Podemos aspira a convertirse en un partido mayor de edad, pero diferente, alejado de todas las normas convencionales. Como el artista bohemio y lúcido asomarse a la vida teniendo claro su destino. Aspiramos a ser y hacer algo grande. Es el sueño de la ciudadanía que día a día se lo va creyendo más.  Qué hermoso es todo!!! Pero claro, también es cierto que algunas almas lúcidas antes de alcanzar su madurez tropezaron en turbios caminos que por uno u otros motivos acabaron dejando  la lucidez y la madurez revoleadas por el suelo y nuestra  amada alma lúcida tornó decrépita. Cierto es también que la verdadera lucidez, como ya lo anunciase Eusebio Poncela a un jovencísimo Juan Diego Botto en Martín H, sobresale por encima de todo lo demás. Como quiera que fuese y elucubraciones esquizofrénicas aparte, difícil resultaría comparar a un alma lúcida con la inteligencia colectiva de cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas. O no. Quién sabe. Porque entre las miles de cosas que podemos escribir o debatir sobre Podemos  hay muchas de ellas que no se sujetan necesariamente a patrones que ya se diesen años atrás, sino que abrimos un camino de la mano de nuevas formas de comunicarnos. Esto que parecen a menudo palabras vacías es realmente significativo en el tipo de cambio que estamos llevando a cabo y que, queramos o no, trasciende a Podemos. El acierto de Podemos pasa más bien por haber sabido cristalizar dichas nuevas formas comunicativas para construir una identidad política común. Esto no siempre resulta del todo fácil de ver pero, si a través del Facebook consigo visualizar, leer, reflexionar sobre artículos que otros compañer@s han escrito en diferentes partes del territorio, la inmediatez de transmisión de esas ideas condicionará a su vez las mías, así como todo lo demás. Todo se convierte en un gran todo. Un organismo viviente pensante. Una gran inteligencia colectiva gobernada al mismo tiempo por los egos individuales que deben aprender que no son más que otras fichas  en la construcción de ese ente colectivo que tendrá que ser, en última instancia, el ser verdaderamente importante. Combate de egos versus construcción de un ente gaiano.

Los retos del siglo XXI. El futuro versus el pasado. El panorama de vertiginoso cambio en todos los aspectos que nos rodean hace que a menudo seamos incapaces de adaptarnos a las nuevas situaciones que estos cambios nos brindan. Concebimos el mundo bajo las reglas que adquirimos en otros tiempos, hoy prehistóricos, y de las que, por más que queramos, nos cuesta terminar de desligarnos. ¿Es realmente positivo desligarnos de la vieja ideología? Evidentemente, no. Pero tenemos un reto ante nosotros que nos lleva a elevar el grado de madurez cognitiva para alcanzar a ver que tenemos que creernos otro escenario. Al mismo tiempo, no se puede olvidar que ese escenario conlleva nuevos peligros emergentes. Al fin y al cabo con todo nuevo nivel de organización aparecen nuevas propiedades emergentes y con ello una mayor complejidad. Las leyes inventadas por la evolución social de esta humanidad hacen que entender el mundo que nos rodea se convierta en algo tremendamente complejo que difícilmente se pueda explicar mediante uno u otro posicionamiento. El poder trasciende a un estado en sí mismo y los dueños de este poder harán todo cuanto esté en su mano para no soltarlo. Contemplar las tremendas injusticias y las infinitas desigualdades siempre crecientes hace que los que soñamos con un mundo mejor ansiemos soluciones instantáneas pero quizás, por desgracia, esto no sea posible. Por todo ello tenemos que aspirar al mejor escenario posible que nos brinde el contexto actual. Por todo ello es más que probable que Podemos no sea el objetivo final. Muchos lo sabemos. Pero sabemos que el mejor Podemos posible puede convertirse en un paso evolutivo que venga a cambiar la nefasta y negligente trayectoria en la que nos vemos inmersos desde tiempos remotos.
Pareciera que este grado filosófico en el que me sumerjo no viniese a decir nada en claro, sin embargo, el asunto es bien sencillo, es quizás el debate más importante que hay internamente en estos días alrededor de Podemos: articular mayorías versus a no perder la identidad ideológica. Sabemos que el reto pasa por construir mayorías. Sabemos que para hacerlo hay que renunciar a ciertos símbolos, convicciones e incluso grandes y acertados pensamientos ideológicos. Decir renunciar es tal vez decir demasiado. No es realmente renunciar, sino dejarlos aparcados, en segunda línea quizás. Cuesta aceptarlo porque hacerlo implica el riesgo de hacer de Podemos un espacio despolitizado en el que llegase a caber cualquier cosa. Sin embargo, creo que tenemos una materia prima tremendamente fuerte para evitar que esto  ocurra  y que, más bien, acabe empujando las posturas hacia una mayor concienciación política para crear así una nueva en la que todos y todas podamos construir algo mejor.
Hay múltiples interrogantes sobre la mesa. Tantas incógnitas se irán despejando muy especialmente a lo largo de estos dos meses pero también, qué duda cabe, lo hará después. Sea como fuere nunca debemos de olvidar lo mejor que tiene Podemos: una ciudadanía concienciada creciente construyendo juntos, codo con codo, de la mano, formando una gran familia que aprende a tolerar al tiempo que se nutren los unos de los otros. En otras palabras un gran y hermoso organismo fruto de la inteligencia colectiva.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Un largo viaje


Y en una mañana de Septiembre, para crear excepciones, se entretiene uno haciendo zapping por los canales que más hedor destilan y que, a estas horas matutinas y con el pistoletazo del inicio de curso político dado, se encargan de, bisturí en mano, extirpar la realidad cotidiana, que no analizar. Cada día, al menos eso pienso yo con algo parecido al convencimiento, engañan a menos gente. Qué prestigio político puede tener la señora Ana Rosa Quintana, o el ilustre Miguel Ángel Rodríguez!!!??? Sarpullidos y escozores solo con nombrarlos. Y allá van, con uno de los dos temas de moda, a estas horas, caso Puyol. Pero qué malo que es Puyol!!! A nadie le cabe duda que a ningún otro dirigente de esta piel de toro se le hubiera ocurrido llevárselo así, calentito, a tierras paradisiacas en ámbitos fiscales. Solo él es el corrupto. Él y “Luis el Cabrón”. Solo ellos dos. Hasta que salga un tercero y será igualmente otra excepción. Un pacto de silencio. Un pacto de no agresión. Un pacto de estado por el cual ese término de moda, que por más que otros lo acusen de manido y excesivo, cobra una inigualable comprensión: La Casta. La política como profesionalización.
“- Roba, roba, ignora que yo lo hago que yo haré lo propio compañero.-¿compañero? Pero si somos del partido opositor. – Compañero!! Que esto de robar es un arte que nos une. “
Y así pasan los años, robando. ¿Entonces por qué a estas alturas se lo hacen pagar? ¿Por qué a estas horas lo dejan con el culo al aire, cuando el pobre hombre estaba tratando de vivir plácidamente su ya bien entrada senectud? ¿Ha sido sencillamente un pequeño error de su sistema? La respuesta es más sencilla. No ha cumplido el pacto de estado. No ha sabido hacer que su partido se baje del carro de la independencia y por tal acto ha sido desterrado.
Elocuentemente mi madre lo ejemplificaba ayer con la escena del Lazarillo, cuando éste, le daba uvas de comer “al Ciego”, habiendo acordado que se las iban a comer de una en una, cuando de repente el Ciego le pega una buena hostia. Sorprendido el Lazarillo le pregunta ¿Pero por qué me has pegado? Y el Ciego le responde-Porque te estás comiendo las uvas de tres en tres.  El Lazarillo sorprendido dice - ¿Y cómo lo has sabido?   - Pues porque yo me he estado comiendo las uvas de dos en dos y no has dicho nada.

Esa es la historia de la política de nuestro país y si algunos ciudadanos un poco locos, un poco aburridos, un poco frikis, un poco utópicos, deciden  quedar y organizarse serán tachados de todas estas cosas y de regalo de estas otras también: ignorantes, manipulados, etarras, venezolanos, comunistas y ya, de paso, nazis.  Afortunadamente esos ciudadanos, independientemente de los adjetivos que se les quieran dar o de los que ellos quieran asumir, cada día son más conscientes de que esto no va con ellos y se siguen organizando. Para ser tan ignorantes están aprendiendo a organizarse velozmente. Tal vez sea la utopía y el frikismo. Sin dejar de observar milimétricamente la realidad que les rodea están más centrados en llenar la mochila con todos los enseres necesarios. No puede faltar ninguno. El viaje es largo, algo tenebroso y hay que estar muy bien preparados. Dejemos a estos locos seguir preparando su mochila al tiempo que los voceros de antaño, hoy caducos y en peligro de extinción, dan los últimos coletazos de este stablishment herido de muerte.