sábado, 23 de julio de 2011

Agazapado

Crecen las ciudades sin control...crece la deforestación. Los pulmones del planeta comienzan a padecer cáncer y quién diría que lugares tan frondosos como las junglas ecuatoriales, podrían verse en peligro. Algo parecido a esto debe pensar una de las especies más majestuosas que convive con nosotros...me refiero a la panthera pardus...o más conocido como leopardo. Era tan feliz, tan despreocupado entre su vegetación frondosa y todas las especies susceptibles de ser cazadas allí, que poco podía pensar él que los buenos tiempos, ajenos al ser humano y a la escasez, tendrían que ver su fin. Así que, mientras la epidemia de seres humanos no hace más que expandirse, los hábitos cinegéticos de nuestro amigo han de adaptarse velozmente a los nuevos tiempos que corren...así que en un alarde de atrevimiento, desesperación y no falta de inteligencia, mirando a su alrededor, observa que esas muchedumbres que ahora se aglomeran a base de madera y hierros, están bien nutridas de alimentos, por no hablar de que la muchedumbre en sí resulta no menos buen alimento. Así que allá va, a sabiendas de que con sus más de 60 kilos de peso, la fuerza de sus garras, su fórmula dental y su agilidad para escabullirse corriendo o trepando, son puntos a favor que le podrán garantizar el éxito de su empresa.

Y lo consigue...





... pero tal vez desconocía nuestro amigo que ha tocado a individuos de una especie intocable. Que tal vez, en un despiste fatal, creyó ser un superdepredador y creerse en el derecho de atacar a la especie que le viniese en ganas. Error de cálculo, miopía aterradora que le incapacitó de ver la tangible realidad de que no hay más superdepredador que la especie a la que acababa de atacar. A esta especie, que sí que se permite con frecuencia exterminarse entre ellos, sin ningún motivo aparente...A esta especie que durante años ha ofrecido sacrificios...a esta especie amiga del suicido, del genocidio, y a veces hasta del canibalismo, sólo se la puede tocar desde dentro. Pero ni se te ocurra si eres un mísero leopardo engreído que se tiene por hermoso y fuerte, pues acabarás mordiendo el polvo, o la pólvora, o una sobredosis de sedantes...pero morirás...somos especie intocable...y si por algún casual pensaste que técnicamente el lugar en el que entrabas antes te pertenecía, te equivocaste. El pasado no es lo mismo que el presente, y nuestra victoria se basa en el crecimiento continuo y exponencial, o, ¿acaso no leíste ningún manual de capitalismo?

Solo espero que no se vuelva a repetir. Quédate en lo frondoso de tu jungla, y si lo frondoso lo convertimos en páramo, ponte a dieta, busca otro lugar, pero ni se te ocurra volver por poblados habitados por nosotros...los seres humanos. Pues ya debes de haberte enterado cómo nos las gastamos...y ya lo dice el refrán...santa rita, rita, rita...

5 comentarios:

  1. PD: Querido Leopardo... se me ocurre que también te podías volver gato de Angora, y de camino te castro y me adornas la salita.

    (Perdón por la intromisión... Pepelu... si no lo digo, reviento)

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  2. jajajaja...suena como un ataque personal, pero dudo mucho que supieses que tengo dos gatos castrados en mi casita(que no salita), y tampoco están de adornos, mimos y juegos tratamos de darles con frecuencia, pero castrados y encerrados están, eso sí, no diré yo lo contrario.

    pd:no son mis gatos de angora, ergo otro motivo más para no sentirme aludido...

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  3. ... alucinando me quedo... o_O Un abrazo!!!

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