miércoles, 3 de abril de 2013

Kalashnikov




Llevo algún tiempo tratando de no entrar al trapo en asuntos de política. No es por nada, es que a veces uno se satura y el enfado efervesce tanto que la sangre ebulle y sube a la cabeza, y ésta, sin remedio, entra en ceguera. Una ceguera de rabia que difícilmente se subsana. Siendo casi imposible pensar con lucidez en tal estado, a los pensamientos desencadenados se les pasa la imagen recurrente de una kalashnikov, de sangre, de violencia, de gente que pague, y claro uno que siempre quiso considerarse pacifista entra en tal estado de paradoja que concluye que tal vez será mejor mirar para otro lado y de este modo bajar el burbujeo de la sangre, recuperar la visión, saludar de nuevo al pensamiento “coherente” y alejarse de posturas radicales tan poco aconsejables. Por esto, y no por otra cosa, uno tiene que alejarse de las noticias. Pero a veces las noticias, y los hechos diarios, parecen ponerse de acuerdo para volver a agitar las neuronas, evitar que la vista mire a otro lado, volver a elevar la temperatura sanguínea y hacer que el ciclo comience de nuevo...y por esta razón de nuevo escribo, tal vez con la esperanza de que mis letras encolerezidas suplanten la visión de las metralletas.

El señor presidente del Gobierno lo ha vuelto a hacer, parecía imposible pero lo ha vuelto a hacer. Transformándose en el Gran Hermano se presenta de nuevo ante los periodistas para decir qué sé yo tras una pantalla de plasma y evitar después preguntas, aunque esto ya lo hacía cuando se presentaba sin la pantalla. Tal vez pensará Mariano que su estúpida cara de lerdo al sentirse menos presionada será menos dada a hacer ese continuo de mohines que tanto desprestigio suman a su desprestigio. Con mohines o sin ellos seguirá pareciendo oligofrénico profundo, pero la rabia que me genera pensar que en este país que tan democrático se considera, que tanto vocifera contra los regímenes de otros países acusándolos de faltos de libertad, el presidente para cuando aparece lo hace bajo esta estampa, es tal que difícil definición le encuentro.

El que sí ha dado la cara ha sido Núñez Feijoo, el presidente de Galicia, ha dado la cara para mentir como un bellaco al decir que sí, que conocía al narco, pero que no sabía de sus actividades delictivas. Él, que entonces era alto dirigente de la Xunta, parece que debía ser el único que no lo conocía por esos lares, porque al parecer, según afirman las innumerables personas entrevistadas, el capo del contrabando de tabaco y después de otros drogas mayores era archifamoso por las rías ya desde los 80...pero él no. Nuñez Feijoo se codeaba con él, salía en barco, compartía una amistad de tres años, PERO NO SABÍA A QUÉ SE DEDICABA!!!

Mientras tanto una relativa buena noticia, y es que la infanta se ha mostrado intocable, al menos de momento, quién puede pensar a estas alturas que pagará el pato, ella, o el otro, o alguno de tantos que ahora están imputados. Pero uno necesita agarrarse a una mentira, pensar que tal vez sí, que tal vez esta vez, quién sabe...De momento está imputada, y eso, en cualquier caso, habrá que celebrarlo y felicitar y agradecer que aparezca un Juez que, como aquel otro que tan mal acabó, parece regirse con independencia, o al menos eso nos hace pensar, porque a estas alturas, quién pone la mano en el fuego por ninguno de estos de las altas esferas. En cualquier caso, agarrándonos al Juez Castro como a un clavo ardiendo, queriendo creer que hay salvadores.

Con todo, va y descubro que no es que haya un programa más absurdo, estúpido y sinsentido en primetime y con máximas audiencias en el que, en esta ocasión, una vez más pseudofamosos son protagonistas tirándose a la piscina...Tirarse a la piscina, bonita metáfora para estos tiempos...Va y descubro, como iba diciendo, que no hay uno, sino dos. Dos programas calcados en distintas cadenas, con distintos presentadores (eso sí los de siempre: Jesusito y Arturito) con sendos jurados (eso sí los de siempre: Torrentito y Borisito), y los mismos concursantes que en total suman las mismas neuronas que pueden tener todas las amebas que floten en el agua de esa puta piscina, porque ante el horrendo de la idea, a uno ya se le antoja hasta que es el mismo plató. Demasiado kafkiano, demasiado triste para ser verdad y demasiado deprimente para pensar que este puto país tenga arreglo...

Perdón por la tristeza, pero el arma rusa una vez más vuelve a invadir mi cabeza

No hay comentarios:

Publicar un comentario