120 muertos. 120 personas asesinadas son demasiadas. Son 120
personas que no tendrían que haber perdido la vida. Dicho esto, poco más se
puede decir. Es inaceptable, es doloroso, es inadmisible. Ni un paso atrás
frente al terror, ni frente a quiénes de él quieren hacer bandera. La
democracia, la paz, la solidaridad de los pueblos, y aún más, la alegría, las
sonrisas, el amor y la vida contra la barbarie, la estupidez y el odio.
Dicho todo esto me resulta imposible no evitar sentir un
importante desasosiego cuando creo evidenciar un comportamiento patológicamente
hipócrita en relación a estos atentados. Qué solemnes nos ponemos todos y qué
nos gusta hacer gala de dicha solemnidad vía redes sociales. Más grande nuestra
pose solemne más pareciera nos importa y nos afecta el tema. Y entonces claro,
no puedo evitar acordarme de todos los muertos de tantas bombas occidentales
sobre suelos islámicos. No puedo evitar acordarme de niños que yacen en la
playa y son fotografiados y de miles de niños, abuelos, padres y madres que se
hunden en el mar y no son fotografiados. No pretendo, nada más lejos de la
realidad, justificar las muertes de uno con la de los otros. El que tal cosa
hiciera solo puede merecer mi más sincero desprecio. Pero me resulta imposible
no taparme la nariz ante tanta hipocresía. Pero no soy tan tonto. Realmente lo
llego a entender, visualizar. Queramos o no se trata de bandos. Nuestros hermanos
franceses son vecinos, aunque en otras nimiedades los odiemos y les digamos: "gabachos cabrones, no tiréis nuestras
fresas", en asuntos importantes decimos: “ ¡ey hermanos, os han jodido!!!
Estamos con vosotros. Lo ves? Me he puesto una bandera de tu país en mi muro de
Facebook!” Evidentemente no pasa nada porque alguien se ponga una bandera. Está
claro que de ese modo quiere demostrar que este asunto le duele, le ha llegado,
le importa. Lo sé, lo entiendo y lo veo. Yo también me he planteado ponerme la
bandera de la Torre Eiffel de la paz que me parece más artística y con más
gusto, pero entonces vuelvo a acordarme de todos los demás muertos y me
pregunto ¿¿por qué?? ¿¿Por qué nos tienes que doler unos e ignorar a los otros??
Podemos hablar de la historia, de la cultura, de los medios, de la política, de
Europa, de la religión. Podemos hablar de lo que queramos pero lo cierto es que
las personas que han muerto en París eran tan inocentes como los cientos de
miles de personas que mueren en tantas partes del mundo. Especialmente en
Oriente Medio. Y en esos casos,
occidente tiene mucho, mucho, mucho que ver. No queremos ver eso. Nos negamos
ayer y hoy y nos negaremos mañana a aceptar que nuestro bando puede ser tan
cruel. Pero el hecho es que lo es. Es más fácil empatizar con nuestros hermanos
franceses, pero la pérdida de la vida por la violencia, por la sinrazón, por la
estupidez, por los intereses geopolíticos, es la misma. De un lado, y del otro.
No a las Guerras!!! No al terror!!!
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