martes, 27 de noviembre de 2012

Antes de dormir


Nota: Escrita en Julio del 2005


Fluye algo de ese extraño líquido que llevamos por dentro, dando vueltas en espiral y sin centrarse en ninguna parte. Ninguna fijación, como la de mis palabras, las que no tienen.
Converso con el hombre que siempre va conmigo y le incito: “Ey pequeño!! Vamos a salir del tedio. Escribe!! Haz de trabajar duro si quieres que esto sea medio serio, pero el otro hace como que no escucha y trata de dormir. Yo insisto una vez más, le apremio o le insulto y él me contesta que no sabrá que escribir que a estas horas el hada que no existe se murió y yo bromeo con sus chistes malos. Lo cierto es que él manda, pero cuán equivocado está. Siempre yerra y yo lo sé, pero me callo. No me queda otro remedio, no soy nadie si él no quiere, él me saca de paseo y es entonces cuando tomo bocanadas de realidad, es por ello que le incito a escribir, aunque entre nosotros, escribo yo, no él. Es su mano la que se moviliza habilidosa. Nuestra mano. Pero soy yo quien ocupa su mente, dueño de su cerebro trato de aportar alguna idea con más o menos claridad y allá nos entretenemos, más o menos, hasta que sus párpados comienzan a pesar demasiado. Entonces ya ni me pregunta, yo, que a la vez le observo prudente, me percato y me marcho silencioso. Y dejo descansar esa pobre cabeza ajetreada para que recargue las energías necesarias hasta la próxima salida del sol y entonces ya volveremos a encontrarnos. Mientras, yo me escabullo por laberintos que él no conoce y que nunca le podré contar.
Veo que ya comienzan a pesar esos párpados...schhhhh...Un silencio  

1 comentario:

  1. Grande tu prosa más poética, compadre... ¿dónde se quedaron esos aires líricos? No estaría de más alguna pincelada actual de este alter ego que nos has enseñado hoy... Anda y sácalo a pasear, a ver qué cuenta con la perspectiva de los años...

    Abrazos!!!

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