Sombras en la celebración...perdón por la tristeza

A veces parece que uno protesta por aburrimiento, por moda o por sentirse perteneciente a un colectivo determinado. Nunca tengo esa sensación, pero a veces, cuando termina una manifestación y observas que el éxito de un evento pseudocultural convocado por el ayuntamiento tiene mucha más respuesta que la manifestación te hace planteártelo ¿Por qué acude tanta gente a este tipo de lugares y no a manifestarse?¿Tal vez estoy equivocado queriendo buscar soluciones a los problemas mediante este medio? Es solo en esos momentos cuando uno se viene un poco a bajo. En seguida comienza la autocrítica al movimiento, y esto, en buena parte, es sano. El mayor reto que existe por delante es el de hacer ver a la sociedad la necesidad de la movilización. Hasta que la gran parte de la sociedad no tome conciencia de este hecho poco podemos hacer.

He aquí el problema, y es que el grueso de la sociedad parece ajeno a todo esto. Mientras un día llenamos las calles y seguimos por internet lo que pasa en Madrid, al día siguiente te das cuenta como una marea mucho mayor y acalorada va en procesión a ver si su equipo consigue un puesto para la champions...Y lo consigue!!! Ahora se vuelven a incendiar las calles: petardos, cláxones, banderas...Qué viva la fiesta!! Qué afortunados por lo conseguido!! ¿qué habéis conseguido exactamente? ¿cómo puede un individuo tragarse semejante mentira sin atragantarse? Es decir, no renegaré del aficionado, de aquella persona que disfrute del espectáculo y sus colores. El problema entiendo, existe cuando la afición pasa a convertirse en una obsesión y el aficionado en un fan. Fan viene de fanático y por ende fanatismo y dudo mucho que esto sea buena cosa. Sea como fuere la ciudad de Málaga, en este caso, sale de verdad por su equipo, y no sale en masa para defender sus derechos.¿Cómo hemos llegado a esto? Y más importante aún, ¿qué podemos hacer para cambiarlo? En este punto muchos me dirán que quién soy yo para cambiar la libertad de cada persona a la hora de elegir qué hacer con su tiempo libre y tal...En ese momento, entiendo que la persona obvia el hecho de que su obsesión y fanatismo resida en el bombardeo continuo y masivo de publicidad futbolística que hace de este país un hervidero de fanáticos. Según entiendo yo, esto es una soberana pérdida de tiempo. ¿Acaso tenemos varias vidas? ¿Por qué somos tan sumamente ignorantes y qué podemos hacer para cambiarlo? Miles de personas se gastan anualmente sobre 50 euros en la camiseta de su club, si no la llevan se sentirán extraños ante su grupo de iguales. Si la llevan de otra temporada, pasado de moda. A esto hay que añadir el gasto en bonos y entradas...Sumémosle el año que viene las de la Champion. Me consta que muchos de estos aficionados también están en paro y tienen problemas para llegar a fin de mes.

¿Qué grado de alienación rige al ser humano que a pesar de nadar en la miseria es capaz de cerrar las puertas a posibles soluciones mientras que por otro lado idolatra al poderoso perpetuando su superioridad?

Pregunta, preguntas, preguntas. Preguntas desesperanzadoras que son las mismas viejas preguntas de siempre.

¿Por qué una cola de más de 500 individuos que apenas se mueve para entrar en el museo Tissen el día de la noche en blanco?La respuesta obvia es: porque es gratis. Sin embargo, ¿por qué no entra tanta muchedumbre en otros? Pues porque otros no llevan el nombre de la baronesa más famosa de este país. Por otro lado, si tanta vena cultural, ¿acaso tienen precios inalcanzables el resto del año? Me suena más todo esto, hablando de la muchedumbre, a que es buena moda salir donde la muchedumbre diga que haya que hacerlo que el hecho del interés cultural en sí. Si dicha muchedumbre presentara tal inquietud cultural, créanme, otro gallo nos cantaría.

Cláxones, pitos, bocinas, petardos...Supongo que alcohol, descamisados, gente sin casco y en fin la locura colectiva que menos sentido tiene de todas cuanto nos reina.

Algunos podríais decir(y dicen) que poca diferencia habría con el movimiento 15 M. Ayer, al llegar a casa degusté, antes de que la intoxicación me hiciera vomitar, de las lindas opiniones de nuestros tan cultivados tertulianos...exceptuando a Jesús Maraña y Antón Losada, la mayor parte era palabrería putrefacta, pero colma el vaso escuchando hablar a tanto fascista disfrazado como hay por ahí suelto que parece que lo único que le preocupa es la marcha de los comercios de Sol en los próximos días, al tiempo que, no lo duden, dicen que comparten buena parte de lo que dicen los indignados porque ellos, claro está, también están indignados. Y de repente, uno cae en la cuenta de lo poco que tarda la televisión en hacer de la realidad del movimiento una caricatura televisiva que automáticamente se representará ante los ojos de tanto cenutrio como hay suelto, en la gran verdad que no es. Será su verdad, lo rechazarán sin pensar y así, de ese modo,librados del lastre de la conciencia social, volverán a su fútbol...sus banderas, sus cláxones, sus bocinas...

¿Hasta cuándo?