Después de que el representante de la editorial presentase las maravillosas novedades que incluían los libros de texto de la última edición, el jefe de departamento decidió que ya no tenía sentido seguir alargando aquella conversación. A pesar de unirles una veterana carrera en la profesión en la que por las distintas circunstancias la vida los había hecho cruzarse, la decisión estaba ya tomada firmemente desde el claustro. Nada de libros nuevos. Así, de ese modo, cordialmente se despidieron y a el representante de la editorial, a pesar de esbozar la mejor de las sonrisas como el buen comercial que era, en el fondo le preocupaba enormemente la continuidad de su trabajo si ahora, a pesar de todo lo que ya de por sí iba sufriendo el sector, se añadía una protesta masiva por parte del universo docente. El jefe del departamento por su parte se despidió y marchó con prisas a la sala de profesores donde lo esperaba su compañero de Biología para tomar el desayuno. Cuando llegó vió que el otro ya había comenzado sin él.
-¿Qué pasa cómo lo llevas? Le preguntó amablemente tras dar un sorbo al vaso de café aún humeante tras acabar de ser vertido desde el termo.
-Pues nada chaval, acabo de despedirme del tío de los libros y la verdad es que lo he visto un poco apenado, en el fondo, supongo que lo esperaba- dijo mientras separaba el papel de albal del suculento bocadillo de tortilla francesa que había traído de casa.
-Bueno, parece que esto ha empezado a andar.¿Sabes si ya han dicho algo en el bar?
-Aún es pronto, pero no te quepa duda, lo harán- Aseguró el jefe de departamento para después desgarrar con placer el primer pedazo de su flamante bocadillo.
Al mismo tiempo, el encargado de las actividades extraescolares seguía firmemente rechazando las ofertas que le llegaban, ahora desde todas partes, a fin de lograr que el centro presentase alguna actividad.Llamaron desde cuatro compañías de autobuses distintas, llegando a presentar precios reducidos a más de la mitad con respecto al año anterior. Lo mismo ocurría con las ofertas desde parques temáticos, parques de divulgación científica y todo tipo de museos de índole más juvenil.Era evidente que ver semejante demanda por parte de las asociaciones afectadas significaba un triunfo absoluto de lo que se pretendía conseguir. Al mismo tiempo aprovechaba para explicar las razones que habían llevado a su centro, así como ha todos los centros del país a tomar esas directrices tan desafortunadas. Sin ir más lejos este profesor era un amante de las actividades extraescolares, un firme defensor de ellas, creía que una buena educación del individuo pasaba forzosamente por experiencias similares. Sin embargo, a pesar del dolor que privar a su alumnado de las excursiones le proporcionaba, era conocedor de lo delicado de la situación. Era sabedor de que el colectivo estaba en guerra y de que dicha guerra dependía la calidad de la enseñanza de las próximas décadas. Siendo por tanto esta dura realidad real, había que ser firmes, determinados y avanzar al mismo paso.
Afortunadamente las eternas disputas y las medias tintas de tantos compañeros parecían haber quedado de lado por fin en los últimos meses. Costó mucho, pero finalmente la práctica totalidad del profesorado pudo asimilar la importancia de la lucha activa, de las huelgas y de las manifestaciones. Esos que tantas veces dijeron eso de: "Para qué? Si no sirve de nada" comenzaban a dar unas muestras de lucha y actividad que a los más batallados no dejaba de sorprender, aunque sin duda, su sorpresa, era inferior a la alegría de sentir que por fin era un colectivo fuerte y que de ahí a conseguir lo que se pretendía, el camino era mucho más corto. Por fin el colectivo entendió que perder el tiempo escorándose en defender qué partido político era el responsable de la situación contribuía a poco. Asumir que unos tienen yates de lujo mientras que otros no era básicamente la diferencia que la sociedad en su conjunto tenía que asumir en estos momentos. De este modo, es mucho más fácil saber a qué lado se pertenece.
Las fábulas siempre fueron historias con moralejas lejanas a la realidad que en muchas ocasiones encerraban un sueño oculto. Convertir los sueños en realidad siempre fue el objetivo de los grandes seres humanos. Nuestro sueño es noble. Nuestro sueño es justo. Luchemos por conseguir un mundo mejor, si luchar no vale de nada, como tanto dicen los que no saben qué decir, me pregunto de qué sirve no hacerlo...
LÉVANTATE Y PIENSA!!!
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