Se va el calor

Ya es otoño en el corte inglés...no lo sé a ciencia cierta ya que hace tiempo que no veo anuncios de ellos y hace tiempo que no me paso por sus tiendas, pero conociéndolos...y a qué viene esta publicidad gratuita? no lo sé, supongo que el motivo principal es ir calentando dedos y neuronas escribiendo todo aquello que a estas tempranas horas pasase por mi atrofiada mente recién dormida, recién despierta...pero todo mejora, suena john butler por mis cascos medio rotos y voy descubriendo poco a poco este placer de la escritura. Comienza el curso, uno no sabe si quiere, pero no queda otra. Por otro lado no es malo en cualquier caso retomar la rutina, y que llegue el frío y nos haga más viejo, porque envejecer aunque no sea hermoso es pertinente. Además pertinente será que tratemos de vislumbrar una nueva sociedad. Y esas ideas también parecen ahora dormidas y aparcadas...de todo se cansa uno, supongo, y cuesta tanto luchar. Pero no es lo mismo darle al stop que darle a la pausa. O no? La música, los secretos por conocer, los castaños desnudándose, las primeras lluvias, las nuevas caras, los nuevos gestos, el cocido y su pringá, las pelusas de las mantas, el licor de pacharán...las películas de brasero, los propósitos de año nuevo... Y es que esto de comenzar el curso es comenzar el año, y no es por mi profesión, es universal, y todos lo sabemos. La culpa la tiene una vez más este jesucristo, siempre empeñándose en cambiarlo todo. Pobrecito, que tendrá él que ver, más bien san pablo y los que vinieron, no? Total, que pusieron el pack completo: fin de año, navidad,árboles adornados, uvas y champán...pero en nuestro fuero interno todos sabemos que no nos la dan con queso, el año empieza ahora, así que chic@s ya sabéis: beberemos menos, dejaremos de fumar, cuidaremos más la dieta para lo cual haremos ejercicio sin dejar de ser creativos, buenos conciudadanos, hijos, profesionales y una lista interminable imposible de cumplir por el simple hecho de que la perfección no existe, y nuestra naturaleza nos volverá a llevar por las viejas sendas que nos hagan de nuevo tropezar donde juramos no hacerlo...cosas que pasan, pero mejor así, supongo. Por qué? porque no mola ser tampoco un envidiable ejecutivo de negocios extraído de película hollywoodiense de, precisamente, tarde de domingo otoñal.