Con un millón doscientos cuarenta
mil habitantes y 44 municipios nuestra provincia cuenta además con seis parques
naturales y otros tantos parajes, reservas y monumentos, naturales también. Playas
queridas, amadas y soñadas en y por el mundo entero. Fiestas tradicionales
únicas, pintorescas y del mismo modo, admiradas. Cuna del flamenco, de artistas
legendarios y universales. Tierra de
risas, buena gastronomía e incomparables paisajes. Paso de aves y de
inmigrantes que también buscan un mundo mejor aunque con más complicaciones y
falsas promesas que las primeras. Lugar golpeado cruelmente por el paro, el
narcotráfico y la negligencia política aunque tal vez, esto último, no sea característica
exclusiva de nuestra provincia. Tierra pá lo bueno y pá lo malo. Tierra de
gente de la calle, cercana y en grandes dosis güena gente. Ese es mi Cái del
que digo con orgullo ser la provincia envidiada por cualquiera pues aúna todo
lo que se puede soñar en algo menos de 7500kms2. Nunca conseguí sentirme
español, a veces me cuesta entender el concepto de ser andaluz, pero gaitano,
gaitano me siento un rato. Personalmente he vuelto a mis raíces tras doce años
de ausencia por otras tierras andaluzas y hoy sonrío sintiéndome acompañado por
los míos.
De este millón y pico de
habitantes muchos están muy quemados, como ocurre también fuera de nuestras
fronteras y otros tantos empiezan a creerse que hay alternativas. De éstos,
algunos, los más locos, decidieron impulsar el cambio ellos mismos y se van organizando
desde sus distintas localidades y a veces se les ocurre quedar, reunirse y ver
cómo se lo montan el resto de sus compañeros(o compas). Ayer fue uno de esos
días y como loco algecireño me tocó ser anfitrión junto con otros compañeros y
compañeras por los que hoy sonrío con orgullo al poder trabajar codo con codo
junto a ellos. Mucho curro, mucha concentración, debates políticos, pero
también distensión y espacios en los que las problemáticas y preocupaciones más
cotidianas entorno a Podemos son puestas sobre la mesa y para, nuestra
sorpresa, descubrimos cómo éstas se repiten en uno y otro lugar y, por todo
ello, nos sentimos más seguros, porque nuestros temores son temores compartidos
y así, de algún modo, son menos temidos.
Pero claro, esto es política y no
una reunión de amigos, aunque a cada paso nos acerquemos más a eso, por lo que
tocaba hacer política. Y ahora, inmersos como estamos en el proceso de asamblea
constituyente tocaba hablar sobre borradores: éticos, políticos y
organizativos. Así pues dedicamos la mañana a oír la defensa de aquellos que
algunos compañeros de la provincia tuvieron a bien presentar y, además, oír
voces sobre éstos u otros más conocidos o, sencillamente, ideas entorno a qué
líneas políticas, éticas y organizativas debe presentar un partido constituido.
Es evidente que son reflexiones y debates que difícilmente pueden entusiasmar a
todo hijo de vecino, sin embargo, no es menos cierto que hacer el esfuerzo de
participar ya sea pasiva o activamente nos conduce a un ejercicio de
comprensión política del que salimos más reforzados para la tarea que tenemos
por delante. Dura mañana. Toca comer. Eso sí gusta a todo hijo de vecino y más
cuando la oferta es variopinta y las cervezas están fresquitas. Tiempo de
almuerzo para salir a disfrutar de las vistas del Estrecho, sí compas, eso de
enfrente es África, ahí, tan cerca. Y al otro lado la bahía, que no la de
Cádiz, y ese montáculo azul se llama Gibraltar. Luce el sol, crece la
distensión y hay hora y media pá relajarse. Cada cual se arrima al árbol que
mejor cobija y ya avisé que teníamos tendencia natural a irnos a comer por
círculos. Habrá que proponer para el próximo evitar esto también.
La tarde
transcurre con la puesta en común por círculos, personalmente fue lo
más satisfactorio porque aunque quizás no sean los debates de más calado, sí
que son los espacios de mayor poder a la hora de construir tejido. Poner en común de forma
distendida nuestras distintas experiencias ayuda a humanizarnos, ponernos cara
y comprender que estamos en el mismo barco, con el mismo rumbo, pero
simplemente en otro punto del territorio y eso, nos regala una nítida sensación
de tener que encontrarnos y compartir más. Todo evoluciona alrededor de este
proyecto y las cosas acaban llegando, tal vez forzarlas puede conseguir el
efecto contrario. Todo evoluciona y las mentes evidencian con mayor lucidez de
qué va esto de la política y también la interna claro está. Ciertos golpes que
duelen nos ayudan a caer del pedestal para descubrir que los mundos de Yupi no
existen. Pero al levantarnos somos más fuertes e independientes. El cascarón se
va rompiendo y poco a poco dejaremos de guiarnos por el graznido que la mamá
pato nos dejó como impronta. Eternamente agradecidos, seguiremos pensando y
decidiendo por nosotros mismos para no cometer el fatal error de convertirnos
en lo que criticamos.
Compas, ayer lució el sol,
gracias por todo a tod@s
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