Viene y se va cuando quiere. No entiende de horarios, ni reclamaciones. Es buena cosa desearla y mejor aún poseerla, pero no atiende a razones. Tal vez, quizás, con suerte, si la tratas con cariño, si le das tiernos mimos, y buscas donde tienes que buscar, aparezca. Pero aún así, si eres afortunado y se deja ver y te deja jugar con ella, aún así no podrás dar por sentado que esté contigo por mucho tiempo. Tal como viene se va y no da explicaciones si marcha o si llega. Lo mejor que puedes hacer es disfrutar de su presencia y sacar jugo a tu existencia.
¿Quién es?
No sé muy bien, pero hoy tampoco ha venido...
Hoy t estoy llamando...hoy te quiero aquí
La musa se perfuma y afina la lira
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