sábado, 12 de febrero de 2011

Revolución ¿contagiosa...?


Me levanto de la cama un sábado cualquiera. Martillean mi cabeza desde dentro y desde fuera, producto irremediable de las copas de la noche, la ausencia de horas de sueño y el trabajo metódico e incansable de los señores albañiles que se encargan de echar abajo la cocina de mi madre...obras en casa, cambio de look podría decirse, un modo extraño y mastodóntico de maquillaje.

A pesar de todo, nada que no se pueda soportar: esta leve resaca y este incesante martilleo. Suena Drexler, huelga decir que se trata de un último gran descubrimiento, pero poco tiene esto que ver con el motivo del que hoy nos toca hablar, pero nunca sobra decir que música suena y qué música suena(esto pa mis amigos filólogos por decreto y por afición). Ganó la Revolución. Se ha vuelto a sembrar precedente...que sepan los gobiernos de los pueblos que un pueblo puede llegar a ser más pesado que el propio gobierno. Un pulso entre un dictador y 80 millones de persona lo puede ganar la calle. La persistencia da sus frutos. Otro mundo es posible. ¿Se contagian los pueblos colindantes de revolución? ¿Aprenderemos algo como pueblo y como seres humanos de todo esto? En fin, se me ocurren una serie de titulares con los que poblar los periódicos de, por ejemplo, este aburrido país.

Es indiscutible el hecho de lo ejemplar de esta revuelta. A pesar del agotamiento de los días, de la corrosión de la incertidumbre, del apoltronamiento de Mubarak, del endurecimiento, de los muertos, de los bandos contrarios, y a pesar de los pesares, la moral y la organización han prevalecido. Resultaba contagiosa la alegría con la que el pueblo seguía hasta el último momento( y más aún después de esto)vociferando, cantando, sonriendo, dando una muestra inequívoca de unión y de convencimiento de su triunfo. Así ha sido. Democracia. Pueblo soberano. No está mal ver que aún el pueblo pueda decir mucho en estos tiempos que corren. Y ahora, sabemos que los más cenizos se empeñarán en recordarnos que veremos a ver qué pasa ahora en la transición,que esto es una situación muy delicada y que puede acabar la cosa peor de lo que estaba. Otros, o tal vez los mismos, que padecen de occidencentrismo, podrán señalar que la situación de Egipto con el mundo occidental marcaba un claro rumbo pacífico y cordial que articulaba perfectamente las relaciones entre occidente y oriente y que ahora si los hermanos musulmanes o vete tu a saber alguna cosa peor, o que bla, bla,bla. Lo que pase mañana será diferente a lo que hoy ya ha pasado. He aquí la importancia de llamar a las cosas por su nombre. Y conviene recordar que el pueblo ha de preocuparse por su bienestar,y no por el futuro de occidente. A este propósito es también interesante,o al menos curioso,ver cómo el presidente de película que es nuestro querido Denzel Washington, perdón Barack Obama, que por cierto, dicho así rápido puede sonar hasta parecido a Mubarak. Ver cómo el señor Obama, decía, tiene que intervenir en cada momento para dar su opinión, como si fuese él el artífice de lo ocurrido en el Cairo. Tanto occidentaliscentrismo es patético y dan arcadas. Trate de no tomar más de dos dosis semanales.

Hoy, decía más arriba, ha vencido la revolución. La revolución del pueblo que soberano ha mostrado su insatisfacción con la presencia de un gobierno y para ello ha salido a la calle, pidiendo que esto dejase de ser así. No se han movido de allí hasta que lo han logrado. Punto. Eso es lo que ha ocurrido.

Ahora, según se me antoja a mí, surgen dos debates de amplio calado, a los cuales no sé si me siento con fuerza, inspiración, tiempo y ganas de afrontarlos en estos momentos. Por un lado, la repercusión actual, y más aún diría yo, futura, que tiene internet como arma pál pueblo.

La otra cuestión, nos afecta incluso más... ¿se contagian las revoluciones? aprenderemos algo de todo esto. Nuestro pueblo ciego y sordomudo será capaz de, por una vez, aunque sea por error, dedicarse a pensar. Plantearse una serie de ideas básicas de lo que debe ser la vida. Servirá esto para que la gente se cuestione una serie de premisas básicas y salga de su soberana estupidez? Francamente,muchas revoluciones más habrán de ocurrir desde Egipto hasta Francia, pasando antes por Turquía, Grecia, Italia, para que se nos pegue algo de todo esto. Para que a lo mejor la gente decida que lo más importante de la vida no es el pelo con gomina,los BMWs, los Audis, Fama, Gran Hermano,Belén Estebán, los tatuajes, los piercings,los gimnasios, la ropa conjuntada, el maquillaje, el regaton, la música discotequera, el puto fútbol, el puto cristiano, el puto messi, el puto madrid, el puto barcelona,la puta tele de mierda,el alcohol, la cocaína,los productos de limpieza,las cremas para la cara,el facebook y el tuenti, las fotos que colgamos posando en el facebook y el tuenti...y la puta madre que parió a tod@s.

Visto así, es duro creer que el contagio de optimismo encuentre una vía rápida de entrada a este país de pandereta. Pero imagino que el primer paso es el optimismo. Así que:


VIVA LA REVOLUCIÓN.VIVA EL PODER PÁ EL PUEBLO!!!

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