sábado, 19 de junio de 2010

El hombre induplicable

Se van las luces de la razón. El amor y perfecta armonía por el uso correcto,tan útil,necesario y olvidado, de la palabra.Se funden las luces dejando a un oscuro mundo a oscuras...pero no nos roba su obra...más bien la cede, la regala, nos deja en herencia su amor por la lucidez, el compromiso y la necesidad de saber explorar el alma humana, hasta sus más extremas consecuencias. Pero también nos deja, y esto es consecuencia directa de su lucidez, una visión desgarradora del ser humano que conduce al pesimismo.
Decía ,hace no mucho, que el ser humano merecía la extinción. Y no le falta razón. A cualquier argumento demoledor expuesto le seguía una pausada argumentación rotunda e indiscutible. Serena y confiada, un halo de tristeza en la mirada que no es tal tristeza, es seriedad. Avominaba de la "época de la mentira" palabras acertadas para describir una sociedad,la de nuestro tiempo, donde los medios y gigantes de la industria falsean y tejen una red de estupidez e incoherencia que nos separa de la verdad más liviana y cotidiana.

Lo vi en 2005 y fue la primera y única vez que tuve la certeza absoluta de estar ante un hombre sabio. En aquella conferencia en la facultad de Arquitectura técnica de Granada, saramago habló sobre la necesidad de construir con la palabra, del mismo modo que el albañil unía ladrillos construir casas. La necesidad de saber dar forma, por el simple hecho de tener esa posibilidad, argumentaba que esa práctica podría proporcionarnos la capacidad de expresar todo aquello que sentimos.Lo cual sin duda alguna favorecería la comunicación. Habló de las huellas que cada pequeña actuación impregna nuestra vida, de cómo esta tendría unas dimensiones y profundidades concretas en función de la fuerza del acto que fraguó la huella, habló de cómo toda huella va siendo erosionada y finalmente borrada con el paso del tiempo.La huella que imprime en este lector que ahora escribe, con cada página de sus libros...profunda y duradera será...

si algo hemos de aprender de él es que debemos recoger el testigo, de la denuncia, de la lucha, de la mente siempre atenta, de las ganas de pensar

Hasta Siempre

1 comentario:

  1. Buaaaa que monstruo el Saramago, me parece muy bien pararse a pensar de vez en cuando en lo que dices que dice... aunque sean las tantas.

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