¿De qué va todo esto? Podría preguntarse un chico que está
un tanto hastiado de que le taladren desde Facebook sus amigos con invitaciones
de los distintos Círculos, o tal vez de ver a la gente compartir vídeos de
Pablo Iglesias. ¿Quién sabe? El caso, es que este chico también pudiera ser que
aun habiendo visto algún vídeo del líder de la coleta y queriéndose asomar a una reunión, del mismo modo albergue
esa misma pregunta: ¿de qué va esto? Lo cierto, no sabe el chico, o tal vez la
chica, es que nadie tiene una respuesta, aunque a buen seguro, muchos podrán
aventurarse a darla. Como yo soy tirando a aventurerillo daré la mía, que no es
más que una opinión que responde a mi juicio de todo esto.
Podemos es una nueva forma de que los que estamos
absolutamente desencantados con casi todo cuanto acontece en las cúpulas de
poder(llámase político, económico o mediático), encontremos de nuevo una vía de
ilusión, una mísera esperanza, que aunque se empeñe la razón y la experiencia
en ponerle el apelativo de mísera, no deja de ser esperanza. Esperanza color
verde como la que a unos más jóvenes nosotros invadió hace ya casi tres años ver una concurrida Plaza Sol y sus coletazos
expansivos.
Fuimos demasiado inexpertos en esto de organizarnos y uno de
los sentimientos que más imperó, aunque no siempre se reconozca, fue el de
reconocer lo difícil que es. Con lo bonito que resulta el sentimiento eufórico
que proporcionan los baños de masa. Y en eso, el 15M, hasta la fecha, gana por
goleada a esta nueva iniciativa. Pero, ¿ lo que verdaderamente importa son los
baños de masa? Sin despreciarlos, y sabiendo la importancia vital de los mismos
para según qué momento, no se puede obviar que la casa no se hace por el
tejado. Y realmente, tampoco aquello fue empezar por el tejado, visto en
perspectiva, fue el primer cimiento, siguieron los ladrillos de la PAH(que
aunque existía de antes se hizo fuerte a posteriori), las Mareas, los
Barrenderos, los Gamonales y otros muchos intentos frustrados como el Frente
Cívico, pero la sociedad(o al menos una pequeña parte muy guerrillera) supo y
entendió que las cosas no se mueven criticando, pero claro, las energías tienen
sus vaivenes y uno no siempre está dispuesto a gastarlas si no ve una
posibilidad, más o menos real, de que valga la pena hacerlo. Y en éstas, y con
dos años de jarabe de PP y alguno más de recetas del FMI aparece un tipo con
coleta a modo de mesías, para que le lluevan collejas desde casi todos lados y
dice: Gente, que vamos a Europa(en voz alta), y muy pronto después(en voz más
baja) organizaros!!. Pasa el tiempo, y lo mediático ya ha golpeado, lo
mediático es lo que se dijo en voz alta y hace que todo el mundo mire allí, y
cuando la gente mira, se cambian los volúmenes de los mensajes. En voz alta: “organizaos”,
en voz baja, “elecciones”.
Ahora cada cual se quedará con su copla porque cada
uno es de su padre y de su madre, y aunque ojalá no fuese así, hay muchos
recién incorporados que desconocen mucho de las reglas del juego y esto es un hecho complicado a la
hora de establecer ciertos puntos básicos, pero no nos queda otra. Porque,
queramos o no, los necesitamos. Y lo más fácil es volver a la formación, la
educación política o como se quiera
llamar. Si la gente está dispuesta a cambiar las reglas del juego tiene que
estar igualmente dispuesta a mojarse. Mojarse de verdad. Pero mojarse de verdad
tampoco debe de confundirse con: haz de tu vida algo que solo gire entorno a la
política, porque entonces estamos ante el problema de sentirse abrumados y
desistir (cosa que fue frecuente en el 15M). Mojarse debe ser, de un lado, estar dispuesto a hacer de la vida algo
más político en tanto en cuanto obligación por estar informados para que no nos
pase lo que ahora y, consecuentemente, actuar. ¿Hay camino por hacer? Todo el
camino, menos el que ya llevamos, que es, no lo olvidemos y sintámonos
optimistas por ello, mucho más que el que existía el 14 de Mayo de 2011.
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