jueves, 7 de noviembre de 2024

Estamos de enhorabuena


Estamos de enhorabuena, el señor Donald Trump ha vuelto a ganar las elecciones. Todavía mi madre me ha confesado que se sentía sorprendida. Lo cierto es que no entiendo por qué. No soy un experto en política  internacional como parece que ahora es la moda entre un nada desdeñable porcentaje de la población  que consume horas y horas de youtube narrando los intrincados  entresijos del orden mundial.  Me limitaré, simplemente,  a realizar un análisis  más sencillo.

Jeff Bezos y Elon Musk han hecho campaña a favor de Trump. Si no me equivoco son los dos hombres más ricos del mundo. Su patrimonio, actualmente  supera, muy holgadamente,  los 200 mil millones de dólares (cada uno,  claro). O dicho de otro modo: 200.000.000.000 dólares.

Comparado con lo que ha podido  ganar Messi durante muchos años, digamos 50 millones( 50.000.000) se nos antoja una cifra bastante, bastante elevada. Es como si tienes 200000 euros y tu vecino 50. O sea, Messi es pobre al lado de estas dos grandes fortunas. Pero claro, al lado nuestra, por ejemplo, Messi ganaría (si ganase 50 millones al año) redondeando, unos 4 millones al mes. O un millón a la semana. Es decir,  lo que tendría que trabajar un tipo que ganase 2500 euros durante 35 años. Messi lo ganaría  en una semana. Y no olvides que Messi es pobre  al lado de las dos personas más  ricas.

Ayer, decía la lista Forbes que los 100 españoles más ricos habían  incrementado  su fortuna durante el último año en un 27%. Es decir, como si el tío  que ganase 2500 euros del ejemplo anterior pasase a ganar 3200 al año siguiente. Cosa que no suele ocurrir y que, además, tampoco es comparable, porque no es lo mismo incrementar tu fortuna digamos de 10mil euros a 12,5 mil que el hecho de tu fortuna pase de 100mil millones a 127 mil, por las facturas y tal, claro.

Pero esto tampoco es nuevo.  Veamos, en el año 2010, hace sólo  14 años, el hombre más rico era Carlos Slim tenía un patrimonio  de  unos 50 mil millones de dólares. 5 veces menos de lo que tiene el hombre más rico hoy. Y si nos vamos a los 90 esa cifra era inferior a 20mil millones. Tan solo  del año 2000 al 2024 el número de milmillonarios ha pasado de 470 a 2700 y el valor neto que acumula  dicho grupo de 898 mil millones a 14 billones. Es decir, se ha multiplicado por más de 15. En resumidas cuentas (tanto para decir lo que ya sabemos): la gente que más tiene cada vez tiene más.

Pero tal vez ni siquiera eso sea lo peor. Lo peor de todo es que son tratados como dioses. Da náuseas  leer ciertos comentarios en redes. Y ellos lo saben. Y apuestan  a caballo ganador, que es, ni más ni menos que al más  neoliberalista de los dos(porque tampoco es que Kamala sea comunista). Y así,  no solo los votamos y los encubramos, sino que compramos todas sus tesis económicas que son las causantes en última  instancia de todos los problemas que nos acucian. Besamos el pie que nos pisa el cuello. Así  fue siempre, y así siempre será.  No hay lugar para pensar  en lo contrario. Con Trump seguirá  el negacionismo climático  y se seguirá  armando estas redes infestas  de fascistas ultraneoliberales que nos acusan a los de izquierda  de todos sus males, al tiempo que claman el fin de los Estados pero les reclaman que los salven cuando llega la tormenta. El poder económico más desatado que nunca ahora gobierna sin cortapisas, sin paliativos, sin máscaras. Antes lo hacía igual. Pero ahora, es peor. La desigualdad sigue creciendo y al tiempo que crece más adoramos a sus causantes y más odiamos al del escalón inmediatamente inferior al nuestro. Siempre fue así; hoy es peor.

Esta sociedad tan absolutamente  enferma, enferma demasiado al que se asoma a mirarle a los ojos.  Pareciera que estamos anclados en un sempiterno “todo tiempo nuevo  es más oscuro y negro”.  Solo queda salir de detrás de la pantalla, bajar el volumen de todo. Y salir afuera donde quiera que aún  quede algo parecido a lo que tiene que ser la vida, mientras quede.

Por lo demás, estoy seguro  de que no tenemos remedio.

Buen punto y final a una semana de locos.